sábado, 28 de julio de 2012

Los diez mandamientos (1956)


Cecil B. DeMille realizó durante más de dos años su propio remake de "Los diez mandamientos" con mucho más dinero, medios y equipos pero sin talento ya que eso no se puede comprar. Lo que fue su última película tanto dirigida como producida por él, se ha convertido en su obra más conocida, aunque no es la mejor. DeMille, hijo de inmigrantes holandeses, se entretuvo mientras tanto a colaborar con el senador MCarthy en la caza de brujas que se realizó en Hollywood. En lo más puramente cinematográfico la película tiene un perfecto acabado en todo lo referente a aspectos técnicos, especialmente efectos especiales, fotografía, vestuarios y unos magníficos decorados. Los actores en general no pueden lucirse mucho debido a la solemnidad de las situaciones que provoca una cierta teatralidad que no va en favor de los diálogos, además la dirección de actores, algo pésimo en DeMille, no está a la altura. Charlton Heston va de menos a más en la película, siendo más convincente por su caracterización que por su actuación. Resulta en general más sugerente Yul Brynner, sin olvidar a la bellísima Yvonne De Carlo. La música del entonces joven compositor judío Elmer Bernstein no es de la mejores de su carrera. La película a pesar de que tiene momentos de cierto tedio recobra protagonismo en la última hora cuando los efectos especiales y todo la carga espectacular se va imponiendo. El problema de esta película es que no se hace una exégesis o hermenéutica de la Biblia, y en vez de leerla en clave simbólica, tal y como hace la Iglesia desde el Concilio Vaticano II, se interpretan los hechos tal como viene, con el riesgo de caer en integrismos, en este caso sionistas, que justifican la ocupación ilegal de todo el territorio palestino en nombre de su Dios.


La Biblia no es un libro histórico sino un libro religioso que utiliza un lenguaje literario; valiéndose de narraciones, imágenes, metáforas y símbolos. El peligro es cuando eso se interpreta por parte de algunos de forma literal. En definitiva una película para disfrutar y animar a leer la Biblia pero con espíritu crítico, única forma de poder avanzar por el hombre. La película, un clásico del cine bíblico, tiene sin embargo algunas lecturas no tan favorables. En primer lugar, desde el punto de vista de la adaptación bíblica, tiene varias imprecisiones destacables. Un Moisés excesivamente caudillista y aclamado cuando Moisés era un tipo un problemas de oratoria y Aarón el gran comunicador, lo cuál aparece a la inversa. Resulta curioso como se extiende en la primera parte de la historia (más de la primera hora de película se presenta como un auténtico culebrón), del que apenas se menciona nada en la Biblia y en cambio el tema del desierto y el viaje hacia la Tierra prometida se resuelve en dos plumazos. Otra cosa curiosa es la aparición de los ismaelitas (futuros musulmanes) dando cobijo a Moisés y hablando de monoteísmo, algo insólito, ya que en aquel instante eran todos politeístas. También señalar como se intenta acercar y presentar más que el Dios de la Torá, un Dios pensado para los cristianos con mensajes globales y de hombre en su conjunto y excluyendo en la medida de lo posible el Dios de los judíos, que era realmente lo que dice la Biblia, pero claro el mensaje debía ser más amplio para llegar a mayor público.




TÍTULO ORIGINAL The Ten Commandments
AÑO 1956




DIRECTOR Cecil B. DeMille
GUIÓN Aeneas MacKenzie, Jesse L. Lasky Jr., Jack Gariss, Fredric M. Frank
MÚSICA Elmer Bernstein
FOTOGRAFÍA Loyal Griggs
REPARTO Charlton Heston, Yul Brynner, Anne Baxter, Edward G. Robinson, Yvonne De Carlo, Debra Paget, John Derek, Cedric Hardwicke, Nina Foch, Martha Scott, Judith Anderson, Vincent Price
PRODUCTORA Paramount Pictures
PREMIOS 1956: Oscar: Mejores efectos visuales. 7 nominaciones
1956: Nominada al Globo de Oro: Mejor actor drama (Charlton Heston)
1956: National Board of Review: Mejor actor (Charlton Heston)


SINOPSIS Antiguo Egipto. Espectacular superproducción que narra la historia de Moisés (Charlton Heston), favorito de la familia del faraón, que decide renunciar a su vida de privilegios para conducir a su pueblo, los hebreos, hacia la libertad. Drama bíblico con un deslumbrante reparto de estrellas de Hollywood. Obtuvo siete nominaciones a los Óscar -incluyendo mejor película- y se llevó el más obvio: el de los mejores efectos especiales.

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